Evoluciona de manera favorable Renzo, el bebé trasplantado de corazón en el Hospital Garrahan. En tres días se sabrá si su cuerpo acepta el órgano, explicó por Continental Jorge Ramos, su abuelo materno. En Magdalena Tempranísimo, Ramos destacó “la idoneidad del equipo médico” que estuvo a cargo de la intervención y agradeció “a la familia del niño donante”.

La operación, iniciada en la noche del sábado, concluyó pasado el mediodía del domingo, cuando pudo ser desconectado el corazón artificial, aunque el paciente debió permanecer un tiempo más en el quirófano para los primeros controles. Ahora, el niño, como es habitual en los trasplantes, deberá atravesar un período crítico de tres días que definirá la evolución de su salud, sobre la que por el momento no hubo parte médico oficial.

De todos modos, aun cuando supere la operación en forma satisfactoria, “durante un año tendrá que hacer tratamiento”, explicó Ramos, y durante ese lapso “no podrá alejarse más de diez cuadras del hospital”.

El trasplante de Renzo fue uno de los temas del día en las redes sociales, evidencia de que miles de personas estaban pendientes de la suerte de este niño correntino, que desde octubre pasado vivía con el auxilio de un corazón artificial. La situación dio un vuelco el sábado por la noche, cuando Ramos anunció a través de Facebook que había un órgano donado que podría servir para el pequeño paciente. La alegría familiar por la noticia se contagió al pequeño paciente, quien saltaba en su cama para celebrarlo, “y nos pusimos a saltar con él”.

Los jóvenes padres, que también tienen un hijo de seis años, Valentino, se enteraron de que su nuevo bebé sufría una miocardiopatía poco antes de que naciera. Los primeros años de vida del niño transcurrieron entre el Instituto de Cardiología de Corrientes y el hospital Garrahan. En noviembre, Renzo tuvo un accidente cerebro vascular que le inhabilitó temporalmente la vista y el oído, y le paralizó la mitad del cuerpo. La enfermedad cardíaca le impide el normal desarrollo del miocardio, por lo que el músculo cardíaco no tiene fuerza para bombear sangre y oxigenar el resto del cuerpo.