La familia de Sara Gómez, una mujer de 39 años que murió el 1 de enero en España tras someterse a una cirugía estética, aún trata de asimilar lo ocurrido.

No se explican cómo Sara salió del quirófano con "lesiones propias de una reyerta con armas" al presentar cerca de 30 perforaciones de entre 0,5 y 2 centímetros en órganos como los riñones, el colon, el intestino o el hígado, entre otros, denunció el primer abogado que tuvo la familia de la fallecida.