Figuretti fue el primer gran personaje de Freddy Villareal en el épocas de oro de Videomatch, el ciclo de enorme éxito de Marcelo Tinelli. Figuretti, fue capaz de aparecer detrás Michael Schumacher después de ganar uno de sus siete campeonatos del mundo de Fórmula 1. Consiguió imágenes con Mike Tyson, con Luis Miguel y tantos otros.

La ambición de Figuretti claro, era figurar. El personaje nació en 1995, hace 27 años, pero como todo personaje humorístico, emergió de un fenómeno que existe en la vida cotidiana, no es mas que una caricatura de determinado tipo de personas que gusta de la exhibición, la que satisface su necesidad personal de ser conocido.

En las épocas del nacimiento de Figuretti, las redes sociales y su explosión masiva no se habían producido, eran un ensayo embrionario, de hecho, en nuestro país por ejemplo, el teléfono inteligente que multiplicó el fenómeno, aparece en 1998. Figuretti fue un adelantado.

Hoy, figurettis somos todos. Las redes sociales multiplican nuestra imágenes, la mayoría de nosotros busca mostrarse, en la mayor parte de los casos con condiciones comunes: felices, desenvueltos, exitosos. Contamos los likes. Condicionamos buena parte de nuestras vidas a la difusión de nuestras imágenes. 

La serie Black Mirror, en su tercera temporada, en el capítulo denominado Nosedive, nos muestra un futuro inmediato que se parece tanto al presente palpable, que da miedo. Todas las personas comunicándose exclusivamente por redes, y con su vida laboral y personal, dependiendo, por completo, de su éxito en las redes.

Desde el punto de vista científico, Chamath Palihapitiya, expresidente de crecimiento de usuarios de Facebook, expresó su preocupación acerca de que las redes sociales han destruido la forma en la que funciona la sociedad.

Palihapitiya citó un ejemplo en donde una campaña falsa divulgada por WhatsApp resultó en una serie de linchamientos en la India.

Pero de acuerdo al experto, las redes sociales tienen un impacto incluso más sutil en la sociedad, ya que "los circuitos de retroalimentación a corto plazo impulsados por la dopamina que hemos creado están destruyendo el funcionamiento de la sociedad", sentenció.

Son conocidos además, los trabajos científicos sobre el incremento de suicidios y depresión en los adolescentes, relacionados con la interacción en redes, que facilita el hostigamiento. Y el crecimiento de otros delitos, como el abuso de menores y el tráfico de personas, relacionado con trampas en redes.

Esa necesidad, en muchísimos casos ya patológica de exposición, puede llevar a algun tipo de sujetos, a realizar cualquier acto con tal de "figuretear", y la comisión de un crimen de alto impacto, está entre las opciones. 

Volviendo al caso particular de la tentativa de magnicidio de Cristina Kirchner, una de las hipótesis que manejan en el juzgado federal que lo investiga, es que el delito haya sido cometido con la idea de "visibilizarse", de exponerse, de ser conocidos, famosos.

Las conductas previas, tanto de Fernando Sabag Montiel, como de su pareja Brenda Uliarte, muestran una fuerte compulsión a la exposición pública. Ambos por ejemplo, buscaban desesperadamente aparecer en la pantalla del canal Crónica, daban testimonios sobre diversos hechos, todos diferentes entre ellos y en lugares remotos. La cuenta de Instagram de Sabag, otorga otro dato en el mismo sentido: múltiples fotos del ahora tirador detenido, con todos los "famosos" con los que se cruzó en su vida.

Parece ser que para el aspirante a famoso, la foto con el ya famoso, funciona como trampolín, otorga prestigio en su grupo de pertenencia y satisface el propio deseo: en la foto aparecen a la par, juntos, son "iguales".

Brenda por su parte, vende sus fotos eróticas en distintas plataformas en redes, e incluso, habría difundido un falso suicidio para obtener atención.

En Comodoro Py este tipo de fenómenos no abundan, allí se juzgan delitos contra la administración pública, narcotráfico y algunas pocas infracciones a la ley penal más. Pero tanto la jueza María Eugenia Capuchetti, como el fiscal Carlos Rívolo, tienen un amplio recorrido por la justicia penal, incluso en el fuero ordinario, donde este tipo de delitos vinculados con el nuevo esquema de psicología social, empiezan a multiplicarse.

Hoy nadie descarta que el movil del hecho, este relacionado con la desesperación del autor y su entorno de ser conocidos, famosos. El mismo mecanismo que lleva a una maestra de tercer grado a mostrar sus pechos en redes, o a un oficinista a filmarse a 200 km por hora con su vehículo en una avenida, pudo haber conducido a Sabag y Uliarte, a matar a Cristina. Black Mirror, esta entre nosotros.