El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha sido fuertemente criticado por su intolerancia hacia el arte, tras pedir el fin de semana pasado el derribo de una escultura erigida en la ciudad oriental de Kars como símbolo de amistad entre los pueblos turco y armenio, que calificó de "abominación".

La escultura en cuestión muestra un cuerpo humano de 30 metros de altura dividido en dos como símbolo de la separación entre Armenia y Turquía, cuya frontera -a 40 kilómetros de Kars- permanece cerrada desde 1993 a causa de las desavenencias entre ambos países.