La sexualidad en el Antiguo Egipto se abordaba de forma muy diferente a la actualidad. No había tabús, y todo se vivía de forma abierta y sin complejos. Las formas fálicas son habituales en su simbología, y siempre se habla de las prácticas de los faraones.

En el Antiguo Egipto, el sexo oral tenía un significado casi sagrado según muchos estudios. De hecho en su origen, se cuenta cómo Osiris fue derrotado por su hermano, y las diversas partes de su anatomía esparcidas y recopiladas por Isis. Su miembro viril nunca fue encontrado, por lo que se le colocó uno de arcilla, la diosa le practicó sexo oral y le dio la vida.

Los registros de la época establecen que la reina Cleopatra fue una especialista en el sexo oral y se la señalaba con apodos como "Merichane", que quiere decir "La boca de diez mil hombres" y "Chelión", que significa "La de los gruesos labios".

“Poseía una voluptuosidad infinita al hablar, y tanta dulzura y armonía en el son de su voz que su lengua era como un instrumento de varias cuerdas que manejaba fácilmente y del que extraía, como bien le convenía, los más delicados matices del lenguaje. Platón reconoce cuatro tipos de halagos, pero ella tenía mil”, decía de ella Plutarco en sus Vidas paralelas.

Si bien el Día Mundial del Sexo Oral se origina en la posición del Kamasutra que ahora se denomina 69 (hot es 6/9), el manual hinduista del sexo, diversas civilizaciones de la antigüedad lo han practicado con intensidad.