De acuerdo a una investigación de la Universidad de Miami, las personas tatuadas tienen más parejas sexuales en comparación a quienes no tienen tatuajes.

A primera vista se podría inferir que los tatuajes contribuyen a tener una vida sexual mejor, pero en realidad este estudio habla de cantidad, mas no de calidad. La correlación está en tener estos grabados sobre la piel con una vida sexual más activa y variada, no desde un punto negativo o positivo, solo como un dato.

El estudio de campo dejó, sin embargo, algunos puntos un poco preocupantes: quienes tienen tatuajes tienden a experimentar comportamientos calificados usualmente como peligrosos y son diagnosticadas frecuentemente con enfermedades mentales.

La encuesta fue hecha a más de dos mil adultos con y sin tatuajes, y los resultados demostraron que quienes tienen tinta sobre su piel tienen más probabilidades de ser fumadores, de haber estado en prisión y tener más relaciones sexuales con personas distintas.

Asimiso, según un estudio de 2018, los tatuajes ya no representan algo negativo cuando de encontrar trabajo se trata, tanto así que en algunos escenarios hace más fácil conseguir ese puesto deseado.

En diversas empresas las políticas de contratación se han relajado, son menos estrictas y más realistas con la sociedad. En Estados Unidos, por ejemplo, el 40% de la población tiene al menos un tatuaje, de hecho, en algunos gremios tener uno es apreciado y visto como una forma de expresión y creatividad.

Como dato curioso, existe una filia sexual por la gente tatuada, se llama estigmatofilia, algo que no es una moda, sino un hecho científico, una atracción o excitación por las personas que han transformado o modificado su cuerpo.