Generó confusión la existencia de bóvedas funerarias en el convento donde detuvieron a José Francisco López, por la posibilidad legal o no de alojar restos mortales en territorio consagrado. Por Continental, el arquitecto Daniel Schavelzon rememoró que "En el siglo XIX se dio la pelea para no enterrar más gente en Iglesias, aunque siguió la costumbre durante muchas décadas por la imposibilidad de controlar; ya en tiempo de Roca era muy difícil obtenerla. Enterrar en suelo consagrado requiere de dispensas complejas de conseguir desde hace 100 y tantos años", resumió.