“Todo el tiempo cuando uno enseña debe trabajar sobre el error del estudiante. Antes, el alumno prefería no escribir, no contestar, antes de responder mal”, aseguró la Doctora en Educación, Directora del Proyecto Escuelas del Bicentenario e Investigadora del Conicet, Silvina Gvirtz.

“El error siempre es sancionado o castigado y es muy difícil que alguien aprenda si no equivoca”, aseguró la educadora.

La realidad en Argentina. “El 36 por ciento de los estudiantes de 15 años no comprende ni siquiera un texto sencillo. Esto no nos puede pasar”, dijo Gvirtz en La Vuelta.

“Es una conjunción de cuestiones. En las escuelas públicas carenciadas no hay libros. Es muy difícil enseñar ahí”, remarcó.

Agregó, además, que “en los países desarrollados este porcentaje abarca al 5 por ciento de la población educativa; en Chile alcanza el 20 por ciento”.

En ese sentido, les aconsejó a los padres que “les lean a los chicos y dejen que escriban. Que les ofrezcan alternativas a lo que es la tele”.

“Cuando al niño no le dejás cometer errores los chicos dejan de lado lo que es la comprensión lectora. Si se comprende, después se puede trabajar sobre las convenciones comunes de escribir correctamente”, subrayó Gvirtz.

Este modo de trabajo nuevo se da ahora en un tercio de las escuelas del país. “Lo importante es entender que si el alumno comete errores le sirva al docente para saber cómo está pensando ese chico”.

“Hay un fenómeno de mucho analfabetismo científico. Hay gente que todavía cree que si se pone ruda en el zapato va a aprobar el examen”, precisó la investigadora.

“Ahora es muy diferente que cuando nos enseñaban a nosotros. Muchas veces hay que educar a los padres para saber qué es lo que se está evaluando”, concluyó.