La volatilidad de los precios por la inflación llevó a los médicos -y recientemente también a los bioquímicos- a pedir un pago extra a los pacientes en forma de “bono” o “copagos”, para dar la prestación. Sin embargo, la normativa y los contratos con las prepagas y obras sociales no contemplan esos cobros y ahora los pacientes empiezan a denunciar y se están armando las primeras demandas colectivas.