Silvina Luna falleció a los 43 años, después de estar en terapia intensiva en el Hospital Italiano durante casi tres meses. La modelo se hizo famosa por su participación en la segunda edición de Gran Hermano (Telefé) y dejó en claro que había llegado a la televisión para quedarse. Sin embargo, todo cambió cuando comenzó a sufrir las consecuencias de una mala praxis al ser operada por Aníbal Lotocki.

En el año 2001, la rosarina llegó a la Ciudad de Buenos Aires para ser una de las participantes del exitoso reality show. Con su frescura y simpatía, se ganó el cariño de sus compañeros y del público. Llegó a la final, pero perdió ante Roberto Parra.

Pero la casa más famosa del país solo sería el comienzo de su fama. Como modelo, realizó innumerables campañas publicitarias y buscó consolidarse como actriz. En teatro, formó parte de elencos como El champán las pone mimosas, Coronados de risa… vivamos! y Abracadabra, entre otros. En televisión, participó en programas exitosos como Pone a Francella, La Pelu, Bailando por un sueño y El Hotel de los Famosos.

Sin embargo, todo cambió hace diez años, cuando confió en Lotocki para realizar una transformación con el objetivo de lograr "el cuerpo perfecto" y así tener más trabajo en el teatro de revista. El cirujano le inyectó biopolímeros (polimetilmetacrilato) en los glúteos y muslos, lo que le provocó hipercalcemia e insuficiencia renal.

Desde entonces, su vida no fue la misma. Tuvo que someterse a análisis mensuales, intervenciones y diálisis, además de luchar contra una bacteria para poder recibir un trasplante de riñón que nunca llegó.