Hoy, existen sectores del sistema político argentino, que pretenden derogar las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Es cierto, su existencia parece convenirle a unos, mas que a otros. Como todas las normas, dependiendo el momento, a veces les viene mejor a unos y otras veces, a otros. 

En apariencia, ciertos gobernadores son los que impulsan su derogación. Pero la realidad es que la ley electoral en las provincias, la que afecta a sus gobiernos y sus mandatos, es local, nada tiene que ver la ley nacional que regula las elecciones de cargos nacionales.

El argumento utilizado por los que buscan suspenderla es el gasto que las PASO implican. Ahora bien, la mayoría de ellos va a aplicar en sus provincias la ley de lemas. Eso deviene en un gasto fabuloso en impresión de boletas, son cientos de candidaturas colgadas del mismo postulante a gobernador, requiere la impresión de decenas de miles de boletas diferentes y una enorme erogación. 

Pero esa pérdida de dinero del pueblo no les preocupa. La mayoría de las provincias que van a aplicar ley de lemas, generan menos ingresos de lo que reciben por coparticipación. Es decir, viven de lo que producen otras provincias, que al contrario generan mas de lo que reciben y podrían ser mas ricas, si la distribución no fuese de este modo. 

En definitiva, las provincias que van a  aplicar lemas, lo van a financiar con dinero que recaudan otras provincias, por ejemplo, con el IVA que las personas de mas bajos ingresos del conurbano bonaerense, pagan cuando compran un paquete de arroz.

Pero lo que quieren suspender son las PASO nacionales. Es un poco extraño.

La importancia de las Primarias

Antes de 2009, cuando no existía la ley de PASO, los candidatos se elegían dentro de los partidos, los cuatro capitostes de cada uno de los sectores, le ofrecían a la sociedad el candidato que se les daba la gana, en relación con sus propios intereses. Si hoy decimos “siempre son los mismos”, antes de la existencia de las primarias, eso era una regla grabada a fuego.

Cuando alguien dentro de alguno de los partidos decidía desafiar esa decisión del los cuatro capitostes, debía ir a internas partidarias. Esas internas solían ser amañadas y aparateadas. La Junta Electoral de los partidos responde siempre a los que mandan, el manejo de los fondos del partido, también. No hay fiscalización posible, y se producían todas las trampas del mundo que usted se pueda imaginar.

¿Como afecta esto a a un ciudadano común? Bueno vea, le restringen la oferta. Si usted va a la verdulería y le dan a elegir entre un tomate verde y duro o uno totalmente podrido, no tiene opciones. Y aparte, es obligatorio comprar tomates, como es obligatorio votar candidatos. Las primarias, son como si usted pudiese elegir que tomates le compra el verdulero a su proveedor.

Dicen que la gente este cansada de ir a votar. El problema y el cansancio no es por el voto en sí, es porque nadie ve resultados, porque las cosas cada vez están peor, porque vota y vota y siempre se siente traicionada, nada resulta.

¿Es caro organizar una primaria? Sí, lo es. Pero no es gastando menos en democracia como vamos a arreglar el país, eso es una juganda de propaganda y es falso. Si reducimos un 20% la cantidad de cargos políticos (no de empleados públicos) del Estado Nacional, pagamos las PASO. Y muchísimos de esos cargos tienen funciones duplicadas, son innecesarios, es el pago de favores o compromisos políticos.

Si cancelamos el gasto en medialunas, automotores, gastos de representación y diversas cuestiones superfluas y ridículas en que gasta el Estado, pagamos varias primarias. Los funcionarios deben ir a trabajar en su auto o en transporte público, deben comprarse su comida como cualquier hijo de vecino, tanto si come solo como si quiere invitar gente. Y por cierto, comprarse su vigilante o su tortita negra. ¿Porque vamos a dejarnos convencer que el gasto que hay que anular es el único que nos da a los ciudadanos alguna ventaja para separar la paja del trigo en la clase política?.

Que puede hacer usted si hay PASO

Si usted esta afiliado a cualquiera de los partidos que integran las diversas alianzas electorales, puede participar de una primaria. Por ejemplo, si usted integra la Coalición Cívica, o la UCR, o el PRO, o el partido de Ricardo López Murphy, puede participar en una PASO de Juntos para el cargo que quiera.

Esta claro, usted esta trabajando, tratando de llegar a fin de mes y cuidando a su familia. Pero, si puede, tiene la chance de querer “meterse a cambiar las cosas”, y con la ley de primarias puede. Las PASO le garantizan que en el proceso electoral, la Justicia va a intervenir si la Junta Electoral de su partido o alianza lo quieren trampear y eso, va a ocurrir.

También la van a dar tantos fondos del Estado para difundir sus ideas como al resto de las listas, y tantos segundos en radio y televisión, en igualdad de condiciones. Usted si quiere, puede probar, puede competir.

Es cierto que no es alguien que tiene una librería en el barrio. Pero caso de Carolina Losada en Santa Fe, es interesante. No venía de la política, sino del periodismo. Decidió ser candidata. Fue a PASO. Enfrentó a otras tres listas. Una de ellas, la de Federico Angelini, que tenía todo el apoyo financiero y del aparato partidario, del PRO. Otra, tenía el respaldo del radicalismo porteño. 

Pero les ganó a todos y fue la candidata del espacio. ¿La ayudó su imagen pública?. Si claro. Pero demostró que usted puede elegir quien va a ser el candidato del espacio que mejor se acomoda a sus ideas.

Es falso el argumento de que las PASO son caras. Hay decenas de cosas mas caras y mas inútiles que nadie ni siquiera piensa en derogar. Es falso que la gente esté cansada de votar. De lo que está cansada es de que le incumplan. Cuanto mas restrinjamos las herramientas de la democracia, mas cansada va a estar. El sistema político siempre piensa en el corto plazo. “Para esta elección no nos coviene tal sistema, lo cambiamos”. Pero lo que no están notando es que esa mecánica puede provocar un estallido en el mediano plazo.

La gente, el ciudadano, ahogado sin saber bien porque, puede estallar, y la política está acelerando el reloj de la bomba de tiempo.