El affaire de espionaje político que terminó con el pedido de licencia del ministro de Seguridad y Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D'Alessandro, se originó en un hackeo de su teléfono celular, según revelaron peritos de la policía porteña.

El informe pericial revela que para quebrar la seguridad de su teléfono, los hackers utilizaron un sistema que llaman SIM Swapping, mediante el cual se toma control de una línea telefónica desde otro dispositivo, sin que su titular lo sepa.

Con el uso de datos de la víctima, los piratas llaman a la empresa que brinda el servicio, dicen que extraviaron el aparato y solicitan otro chip que se inserta en otro aparato de telefonía celular. Allí, recuperan los mensajes almacenados y pueden leer todo lo escrito hasta el momento de la emisión del segundo chip.

No es una técnica demasiado elaborada desde el punto de vista tecnológico y requiere que la víctima no haya tomado la previsión de introducir técnicas de bloqueo de sus aplicaciones, como la huella dactilar.