La alianza opositora Juntos, confía en poder bloquear la iniciativa del oficialismo para suspender las PASO para las elecciones 2023, dado que las fuerzas en la Cámara de Diputados están parejas y podría contar con el respaldo por ejemplo, de la izquierda que está cómoda con el sistema electoral.

Sin embargo, es posible que su estrategia fracase, dado que está muy vinculada a lo que algunos legisladores, cuya posición nunca queda clara, puedan decidir votar. Los diputados que responden al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, podrían ser claves en esta jugada, pero la negociación estaría relacionada con los candidatos locales de Juntos, Luis Juez y Rodrigo De Loredo, que no piensan ceder absolutamente nada al peronismo.

Por eso la oposción empieza a pensar alternativas, como una gran interna opositora pero no regulada por el estado como serían las PASO, sino por una junta electoral propia, compuesta por integrantes de todas las fuerzas que postulen candidatos.

El problema de este sistema es la logística. Hay al menos cuatro precandidatos presidenciales, sobre los que se votaría en todo el país. Pero además habría internas para otros cargos en cada una de las provincias, la organización de esa enorme elección: boletas, fiscalización, recuento de votos, locales de votación, sistematización de los resultados; podría ser imposible e incluso, terminar en un escándalo.

Por eso algunos creen que sería mejor un gran acuerdo. El problema es que alcanzarlo puede ser una utopía. El radicalismo no soporta la idea de un Mauricio Macri candidato, refuerza constantemente, mediante sus tres alfiles mejor posicionados (Facundo Manes, Martín Lousteau y Gerardo Morales), un discuso socialdemócrata, que resulta complejo de hacer coincidir con el de Macri o Patricia Bullrich.

Los que piensan en una fórmula mixta, PRO-UCR para salir del atolladero, luego se desilusionan con la permanente confrontación que podría resultar, en plena campaña. ¿Como se llevarían Macri y Manes?. La situación es confusa y compleja. 

Es cierto, en 1999, la Alianza realizó una elección nacional no regida por el Estado, entre Fernando De la Rúa y Graciela Fernández Meijide, en la que se impuso el radical y no hubo objeciones ni denuncias. Pero los ánimos eran distintos. Y eran solamente dos candidatos. No se sumaron tampoco, los cargos inferiores (diputados por ejemplo), eso sí, se consensuó.

En este escenario resulta dificil pensar que cada espacio tenga un solo postulante. ¿Se bajaría Horacio Rodríguez Larreta a favor de la postulación de Bullrich? ¿Y viceversa? ¿Manes le cedería la postulación a Morales? ¿Y, al revés?. El panorama asoma complejo, y el oficialismo estaría forzando a la  oposición a un ejercicio de imaginación, que no tenían previsto.