Cuando el "Bambino" Veira dirigió al River campeón de la Copa Libertadores, explicó que su equipo jugaba al "contragolpe ofensivo". Como tantas veces, un ingenioso término futbolero es aplicable a una estrategia política. El kirchnerismo transformó una estrategia defensiva en términos judiciales, en una ofensiva electoral, poniendo a su máxima líder como candidata a volver al Sillón de Rivadavia.