Lo que parecia ser una simple investigación de tentativa de homicidio, perpetrada por un "loquito" o por un "lobo solitario", tomó un cariz diferente el fin de semana, cuando los peritos informáticos pretendieron ver el contenido del celular de Fernando André Sabag Montiel, y encontraron que el mismo había sido sometido a un "reseteado de fábrica".

Cualquiera puede tomar su celular y, a costa de la pérdida de todo su contenido (fotos, mensajes, comunicaciones, archivos, etc.) dejarlo tal cual se lo entregaron de fábrica. Es una medida que suele tomarse cuando alguien vende su teléfono a una persona que quiere gastar algo menos y comprar un "usado". Toda la memoria queda liberada y no hay rastros del usuario anterior.

Ahora bien, luego de que los peritos judiciales informáticos, lograron desbloquear el teléfono del hombre que atentó contra la vida de Cristina Kirchner, se encontraron con el mismo "reseteado de fábrica".

Hay tres hipótesis al respecto: el mismo agresor lo hizo antes de atentar y no recibió mas, desde entonces, ninguna comunicación; los peritos mismos cometieron una "torpeza" y lo borraron; alguien lo hizo de forma remota (es posible), después de ataque, lo que indicaría que se trata de algo organizado, con una logística impensada hasta el viernes.

En realidad, la jueza María Eugenia Capuchetti ya sospecha que nada espontáneo hay detrás. Si el mismo borró su teléfono por completo, ¿porque lo haría?. Si los peritos lo hicieron, es muy complejo creer que ingenieros informáticos se hayan "equivocado" tanto. Si esta efectuado el borrado de manera remota, alguien bajó un programa en el dispositivo para efectuar dicho borrado, con el fin de esconder algo.

En todo caso, la causa pegó un giro inesperado y no parece que la investigación vaya a tener un desenlace inmediato.