La conducción de la CGT tomó una debatida decisión: tomará distancia de la interna del gobierno y probablemente, realice una movilización exigiendo que el sueldo de los trabajadores deje de perder frente a la inflación, el mes próximo.

La idea de los líderes sindicales, es que no pueden seguir viéndose envueltos en la batalla interna de la coalición gobernante, porque van a terminar devorados por sus propias bases, especialmente por lo que alguna fuentes que asistieron al encuentro califican como "la hecatombre económica" por venir.

De ese modo, acordaron empezar a preparar una movilización masiva para dar respuesta a los reclamos de las bases y evitar perder legitimidad frente a ellas. La decisión no fue sencilla, hubo largos debates y diversas opiniones, especialmente sobre cuales son los tiempos para tomar distancia del gobierno.