Empezó como un rumor que surgió del Senado de la Nación. La presidenta del cuerpo, Cristina Kirchner, habría tomado contacto con el senador José Torello, mano derecha y amigo de la infancia de Mauricio Macri. Luego, en el entorno del ex presidente todo pareció confirmarse y consultado, Macri dijo “con la Constitución sobre la mesa sí”.

Confirmado entonces, hay un acercamiento que podría generar la cumbre mas inaudita de la política argentina de los útimos años: Kirchner - Macri. ¿Los fines? No trascendieron. Algunos hablan de la posibilidad de que el tema sea la suspensión de las PASO. Incluso cuando se pusiesen de acuerdo, sería una desilusión, un tema pueril, de conveniencia de los políticos.

La expectativa es, en realidad, que ambos se calcen el traje de estadistas, para terminar con la horrible ruptura que despedaza la política argentina y también a la sociedad. Lo que han llamado periodísticamente “la grieta” y que no es mas que un enfretamiento salvaje y sin tregua que paraliza al país.

Dado que la función periodística no solo es informar, sino también aportar, vaya aquí un aporte: sería extraordinario que ambos conviniesen un gran renunciamiento histórico. Ninguno más agrede al otro, y por cierto, ambos pasan a retiro de la política argentina. Ya han cumplido su rol, importantísimo. Cristina fue presidente dos períodos. Mauricio fue el único presidente no peronista de la era post dictadura que completó su mandato. Han hecho historia.

El modo que ambos tienen de dar un último aporte maravilloso al pueblo argentino, es pasar a un honorable retiro pacificando la política, transformando las elecciones por venir en una batalla maravillosa de ideas y proyectos de país, con respeto, sin chicanas, sin carpetazos. Que los dos ex presidentes sean garantes de eso, los sube al peldaño mas importante de la historia reciente.

Los últimos acontecimientos, relacionados con el intento de homicidio de la vicepresenta, demuestran que la sociedad no soporta más violencia engendrada desde arriba. Ya el hambre, la desocupación, la marginalidad, la droga, generan suficiente como para que líderes empiecen a buscar sosiego.

Hace años que nuestra política no vive desde la dirigencia, despojos desinteresados de egoísmos y ambiciones personales. Es buena hora para eso. Dos que ya fueron, que son los máximos referentes de los espacios mas importantes, que no tienen nada más por ser, pueden generar la inesperada pacificación. Amén.

Cristina y Mauricio tienen la oportunidad de entrar en la historia como los artífices de un país en paz, sería una pena que la desperdicien en acuerdos berretas a espaldas del pueblo, otra vez.