El pasado domingo, Alberto Fernández se reunió con Martín Guzmán en la Quinta de Olivos, a poco de conocerse los números oficiales de la inflación durante el mes de marzo. Dado que se prevé que los índices de aumento de precios sean muy altos, especialmente en el rubro de los alimentos, el Presidente intentó brindarle su apoyo al ministro de Economía.

De esa forma Fernández intentó acallar algunos rumores sobre posibles cambios en su gabinete. En su seno íntimo, el Presidente considera esencial a Guzmán y cree que las informaciones que tienden a desestabilizarlo provienen del interior de su propio Gobierno, aunque del ala vinculada a La Cámpora.

Dentro del albertismo esperan críticas furiosas por parte de los sectores más radicales del kirchnerismo en cuánto se conozca el número exacto de la inflación que especulan estará por encima del 6%.

Por otro lado, ambos trataron la problemática de la energía y la posible falta de gas en un contexto global que se ha complicado a partir de la invasión de Rusia sobre Ucrania. La semana pasada, desde el Ejecutivo anunciaron un aumento de la provisión de gas proveniente de Bolivia y dialogarán con Chile y Brasil para sumar otros recursos enegéticos.