Una familia fue asaltada en su casa de un barrio privado del partido bonaerense de Pilar, donde los ladrones se llevaron un auto, unos 2 mil dólares, 8 mil pesos, joyas y electrodomésticos.

El hecho fue cometido a las 3 de la madrugada del viernes cuando cuatro ladrones, con sus caras cubiertas con gorros pasamontañas, irrumpieron en una vivienda de la calle Las Glicinas al 1300, del barrio "Bonanza", en la zona norte del conurbano.

En el momento del robo en la casa se encontraban Adrián Rubinstein, su esposa Gladys Barrientos, su suegro, de 87 años, y la hija del matrimonio, de 14 años. Minutos después, los ladrones huyeron en el auto Renault Megane de la familia con dinero, alhajas, una computadora, dos televisores, prendas de vestir y otros objetos de valor.

El vehículo fue encontrado abandonado horas más tarde en una zona descampada de José C. Paz. "Nos pusieron boca abajo, ni les vimos la cara", dijo Rubinstein y agregó: "La pasamos muy mal".

"Vinimos (a vivir) a Pilar pensando que acá estaba más tranquilo. Que vengas y te encuentres con la casa robada es una cosa, ahora que te digan que si no le das plata te matan a tu hija ya está, ya no quiero más, esto no lo quiero más", sostuvo.

Además, precisó que los asaltantes "no estaban drogados, estaban muy tranquilos, como cuando nosotros salimos a trabajar, son trabajadores de esto. A las tres de la mañana estás con el primer sueño, yo pensé que estaba soñando, esto lo había visto cuando lo pasan por televisión o en una película, nunca me había pasado", describió sobre el momento en que lo despertaron los ladrones.

"Ya la casa es violable, ayer cuando nos acostábamos mi mujer y mi hija decían: 'quiero que sea ya de día' porque no se podían dormir", completó Rubinstein. Puntualizó que el lugar "es un barrio común, no es un country" y estimó que el robo "fue al voleo" o por "algún dato equivocado".

"Soy empleado, mi mujer es empleada, no soy empresario ni comerciante... somos trabajadores que cobramos un sueldo a fin de mes", dijo. Por último, señaló que la Policía llegó "como 40 minutos después" de los "cuatro o cinco" llamados telefónicos que hicieron para alertarlos del robo.