César Humberto Ghirardi, uno de los mayores asesinos del país, quedó en libertad la semana pasada, a pesar de que estaba sentenciado a prisión perpetua por homicidio que le impusieron en abril de 2010.

Ghirardi, de 35 años, cuenta en su haber con cuatro asesinatos, todos en ocasión de robo. En esa estadística, solo lo supera “El Ángel de la Muerte” Carlos Eduardo Robledo Puch, condenado en 1980 por 11 crímenes, y Luis Fernando Iribarren, "el masacrador de San Andrés de Giles", que entre 1986 y 1995 mató a cinco integrantes de su familia.

La última víctima de Ghirardi fue un custodio. Ocurrió en 2008, cuando intentó robarle los $86.000 que llevaba para pagar sueldos del personal de una empresa de seguridad privada. Por ese ataque recibió la cadena perpetua que lo tenía bajo prisión en estos años, pero antes ya había sido sentenciado en otros tres homicidios, con penas que van entre 14 y 18 años.

Pese a contar con este lamentable historial y con una pena vigente, la Justicia lo benefició con la libertad condicional.

Los argumentos para sacarlo de la cárcel se basaron en un fallo de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, que aceptó el pedido del imputado para que la condena a prisión perpetua que en abril de 2010 le impuso el Tribunal Oral N° 7 de San Isidro, se unificara con las otras sentencias de 18 y 14 años de pena por asesinatos perpetrados en Ramos Mejía y en el penal de Florencio Varela.

Con esa resolución judicial, el juez de Ejecución de San Isidro Antonio David hizo el nuevo cómputo de la pena y determinó que por la aplicación de la ley del dos por uno (que todavía estaba vigente), Ghirardi había cumplido 31 años y 11 meses, publicó hoy el diario La Nación.