El uruguayo Luis Vitette Sellanes , el "cerebro" del robo al Banco Río de Acassuso que había sido condenado a cumplir más de veinte años de prisión, partió esta noche a Uruguay, luego de que la Justicia argentina lo liberara y autorizara su expulsión del país.

Vittete arribó, custodiado por dos efectivos "del gupo comando de Alvear", al aeropuerto internacional de Ezeiza, según indicó a través de su cuenta de Twitter , donde a las 22.31 abordó un vuelo de la empresa Buquebus rumbo a la terminal aérea de Carrasco, en Montevideo.

"Qué agradecimiento enorme siento por la gente de Alvear", ironizó Vittete antes de partir, a través de su cuenta Twitter, y agregó: "me trajeron dos del grupo comando de Alvear y aquí habéis 30 encapuchados para la foto, armas largas y mentes cortas".

Además, pidió que "alguien le avisa (sic) a mi hija que salgo de acá 10:30 (de la noche)".

Según dijo a Crónica TV su abogado defensor, Diego Storto, Vittete "estaba consternado. El no esperaba irse hoy, pensaba viajar el lunes".

La estrategia de Vitette Sellanes fue recurrir a la Ley Nacional de Políticas Migratorias, que prevé que todos aquellos extranjeros que cometan delitos graves y sean condenados a más de tres años de prisión pueden ser expulsados del país al cumplir la mitad de sus penas. Lo había solicitado en 2011, apenas fue condenado, pero la Justicia de San Isidro, donde ocurrió el robo al banco, no aceptó esa jugada.

Sin embargo, como Vitette tenía otros delitos por los que responder en esta capital, se declaró culpable en los tribunales porteños y el juez de ejecución Marcelo Peluzzi tuvo que disponer su expulsión, no sin antes reclamar una reforma a la ley que autoriza el extrañamiento de un extranjero a su país de origen.

Si Vitette Sellanes no tiene antecedentes en su país de origen, podrá vivir allí en libertad, con la promesa de no volver a la Argentina.

La noticia sobre su salida de prisión se había difundido en los últimos días vía la red social Twitter, donde Vitette Sellanes tiene más de seis mil seguidores.

Bajo la descripción "experto en inseguridad. Las cosas buenas que dicen de mi no son tantas, y las malas no son tan pocas", el famoso ladrón de bancos -al que le compusieron incluso una canción- respondía desde el penal de General Alvear a las consultas diciendo que no estaba notificado pero prometía "inminente brindis".

Recién hoy se confirmó que el juez Peluzzi había hecho lugar al pedido del ladrón, pero en la misma resolución advirtió: "cabe decir que el Estado Nacional ha contraído diversos compromisos internacionales asumiendo el principio de reinserción social a través de un sistema progresivo y personalizado del cumplimiento de las penas privativas de la libertad".

"Con la aplicación de esta norma, tal cual se halla redactada -añadió-, dicho proceso queda inconcluso, más aún en casos como el presente donde se pudo verificar que se trata de una persona que ha sido condenada por la comisión de varios delitos, o en otros supuestos, aún en una primera condena, donde las penas impuestas son de considerables montos".