Dos jóvenes fueron detenidos acusados de haber participado en el crimen de Franco Torres, el chico de 13 años asesinado de un balazo en la cabeza en septiembre pasado por delincuentes que confundieron la camioneta en la que viajaba con su papá con la de un ex policía al que acababan de asaltar. Las detenciones de los dos jóvenes de 18 y 19 años se concretaron esta madrugada cuando personal de la Jefatura Distrital La Matanza Noreste efectuó allanamientos en el barrio 22 de Enero, en Altos de Laferrere, en ese partido del oeste del conurbano bonaerense.

Al momento de las detenciones, el joven de 19 años intentó resistirse a los tiros, aunque finalmente fue reducido sin que se produjeran personas heridas. Según la policía, ese muchacho también está bajo sospecha de haber participado en el homicidio de Mariano León, un joven de 21 años que fue asesinado de un tiro el pasado 17 de julio cuando quiso resistirse a un asalto en su casa de Ciudad Evita.

Los voceros dijeron que, para su identificación y detención, fue clave el hallazgo de sus huellas en un arma abandonada por los delincuentes cuando escapaban luego de dispararle a Torres. Si bien eso sitúa al ahora arrestado en el lugar del crimen, como el proyectil que mató al adolescente era de un calibre diferente al que carga esa arma, los investigadores sospechaban esta mañana que fue uno de sus cómplices quien efectuó el disparo mortal.

Por el hecho, ya estaba detenido un hombre de 32 años identificado como Horacio Azcárate, quien tiene antecedentes penales y estaba prófugo desde hacía dos años por otra causa, por lo que suman tres los involucrados en el expediente. Azcárate fue reconocido en rueda de presos, aunque solamente por el ex policía y dueño de la agencia de seguros que la banda acababa de asaltar, Juan Carlos Irazábal.

El hecho en el que murió Franco ocurrió el último 24 de septiembre alrededor de las 20, en la esquina de Comandante Granville y Albarracín, del barrio Los Pinos, de Rafael Castillo, partido de La Matanza, por donde la víctima pasaba con su padre en dirección al club "12 de Octubre", de Isidro Casanova, en el que jugaba al fútbol. Todo comenzó poco antes, cuando cuatro asaltantes armados ingresaron a robar a la compañía Irazábal Seguros, sorprendieron al dueño del comercio y a su empleada y les robaron 160.000 pesos y otros elementos valiosos.

Luego del robo salieron y subieron nuevamente al Citroën C4 en el que habían llegado, en el que transitaron unos 200 metros para regresar en dirección a la compañía de seguros. Al cruzarse con la camioneta Chevrolet Meriva de la familia Torres, los asaltantes aparentemente creyeron que se trataba de Irazábal, quien tenía un vehículo de iguales características, que había salido a perseguirlos, y uno de ellos extrajo su arma calibre .45, con la que disparó al cráneo del chico de 13 años.

Franco murió en el acto, mientras el productor de seguros subió a su Meriva, los persiguió durante unas 15 cuadras e incluso los embistió en un par de oportunidades, aunque los ladrones finalmente lograron escapar y dejaron abandonado el C4 en el que se trasladaban.