Sebastián Calvi (51), había regresado a la Argentina hace apenas seis meses. Volvió de Colombia, donde trabajó como contador para una empresa multinacional. Cuando retornó no dudó en qué lugar vivir: eligió Florencio Varela, su barrio. Pero la semana pasada, su historia terminó de la peor manera: murió al ser baleado por ladrones que entraron a su casa, en Bocuzzi al 600, en el centro de la ciudad del sur del Conurbano, relató esta tarde en Bravo.Continental, su hija Florencia, quien contó además que Sebastián era un gran admirador y ferviente oyente de Fernando Bravo y Radio Continental.

Calvi, estaba en su casa cuando un grupo de asaltantes ingresó para robar. Para entrar eligieron una modalidad que cada vez suma más casos: simularon un allanamientos. A fuerza de golpes, y con la ayuda de una especie de ariete (herramienta que utiliza la Policía en ese tipo de procedimientos) tiraron abajo la puerta y se metieron en la vivienda.

Florencia contó que su padre se dio cuenta que estaba siendo víctima de un robo e intentó defenderse con una pistola calibre .22 que tenía en su poder. En respuesta, los asaltantes le pegaron al menos un balazo y escaparon sin llevarse nada. El contador público murió a los pocos minutos.

Su hija contó en Bravo.Continental que esta tarde realizarán a las 18.30 en Florencio Varela, una marcha, frente a la Fiscalía -Perón 485- para solicitar "justicia y esclarecer este triste crimen".