El fiscal federal Carlos Rívolo tiene en sus manos las denuncias que involucran a Amado Boudou y sus incompatibilidades para ejercer la función pública por sus presuntas vinculaciones con Ciccone Calcográfica, la imprenta que quiso emitir billetes de 100 pesos y también las boletas del Frente para la Victoria en las elecciones primarias.

Durante su gestión como Ministro de Economía, Boudou creo dos sociedades que trabajan como consultoras y también hace negocios inmobiliarios, describió Hugo Alconada Mon, periodista de investigación del diario La Nación.

“Lo curioso es que si uno revisa los Boletines Oficiales, en toda la búsqueda nunca aparece Boudou como socio pero él mismo lo afirma ante la Oficina Anticorrupción en su declaración jurada”, remarcó.

“Acá habría varios ejes posibles: el presunto tráfico de influencias, el supuesto enriquecimiento ilícito”, señaló Alconada Mon.

La causa se inició por las denuncias que los abogados presentaron en base a las declaraciones públicas de Laura Muñoz, quien dijo que su ex marido, Alejandro Vandenbroele, “es testaferro de Amado Boudou”.

Vandenbroele es monotributista “que dice que gana 8 mil pesos por mes” y presidente de la empresa “The Old Fun”. Él mismo, pagó más de 500 mil dólares para levantar la quiebra de la empresa Ciccone.

Benigno Vélez “tomó un rol mayor en los últimos meses”, dijo sobre el gerente general del Banco Central y hombre de confianza de Boudou, que habría renunciado al cargo por el escándalo.