El terrorífico robot metálico de Terminator 2, que podía volverse líquido para cambiar de forma, inspiró en los EEUU un nuevo tipo de impresora 3D.
 
El químico Joseph DeSimone presentó en la conferencia TED de Vancouver, Canadá, una máquina capaz de imprimir creaciones en 3D que parecen salir de metal líquido, al estilo del robot de Terminator 2 que tomaba forma de un charco plateado.
 
"Nos inspiramos en la escena del T-1000 de Terminator 2", dijo DeSimone. "¿Por qué no íbamos a tener un objeto que nace de un charco en tiempo real sin generar prácticamente ningún desecho?", agregó.
 
DeSimone y su equipo desarrollaron una tecnología que llamaron Continuous Liquid Interface Production o CLIP, que explota los poderes de la luz y el oxígeno permitiendo a la impresora generar rápidamente objetos a partir de un material elástico de propiedades sofisticadas.
 
Imprimir las partes de un objeto a la velocidad de un fabricante tradicional "cambia el juego", dijo a la agencia de noticias AFP.
 
Las impresoras tridimensionales actuales crean objetos en base a capas sucesivas de material.Imprimir un diseño del tamaño de un puño es un proceso de horas.
 
"La impresión en 3D es un término inapropiado; de hecho, es una impresión en 2D que se imprime una arriba de otra", consideró DeSimone. "Hay hongos que crecen más rápido que una impresión en 3D con las máquinas actuales", mencionó.
 
Según su creador, el sistema CLIP es 25 a 100 veces más rápido que las impresoras 3D actuales y utiliza una resina sintética de propiedades mecánicas particularmente sólidas para fabricar las últimas partes, destacó.
 
DeSimone y su equipo de Carbon3D abrieron una tienda en Silicon Valley, el corazón tecnológico en California, y esperan aumentar su producción en el lapso de un año. No obstante, aún no fijaron precio para sus impresoras.
 
Proceso complejo
El nuevo mecanismo de impresión se relaciona con la estereolitografía, que emplea láseres para crear un patrón sobre un líquido diseñado para solidificarse cuando es expuesto a la luz.
 
Para formar cada capa, el láser tiene que apagarse para que se pueda extender más líquido. Esto hace más lento el proceso y que las interconexiones entre cada capa tengan puntos débiles.
 
La clave de CLIP está en haber logrado modificar el líquido para que no se solidifique de manera inmediata al ser expuesto a la luz. Una fina capa de oxígeno se encarga de eso.
 
En el proceso de Carbon3D, el brazo de la impresora se sumerge en el material para imprimir. Cuando comienza a salir del recipiente, que debajo tiene un proyector láser, el objeto empieza a solidificarse.
 
Entonces, en lugar de imprimir capa por capa como en la actualidad, un solo movimiento basta para que el objeto quede terminado. DeSimone aseguró que el sistema abre una nueva etapa en la impresión 3D, sobre todo pensando en la utilización a gran escala en industrias.