Google Glass está a la venta desde hace una semana en el Reino Unido a un precio de mil libras y ya generó polémica en los representantes de los cines, según publicó el diario inglés The Independent.

Phil Clapp, director ejecutivo de la Asociación de Exhibidores de Cine, dijo que "se les pedirá a los clientes que no los use (a los anteojos) en salas de cine, sin importar si la película comenzó o no".

Desde la cadena de cines Veu Cinemas también expresaron su preocupación y aseguraron que les pedirán a sus clientes que se quiten las gafas "tan pronto como las luces se apaguen".

El dispositivo de Google permite leer mensajes de texto o correos electrónicos, grabar videos, tomar fotografías y acceder a Internet con solo un pequeño golpe con el dedo sobre el armazón o a través de un comando de voz.

Si bien una pequeña luz se activa al capturar imágenes, resulta difícil para el personal de una sala de cine verificar si un espectador está grabando o no, tal como ya ocurrió en Londres, según publicó el matutino británico.

De todas formas, el dispositivo posee una batería que se agota luego de 45 minutos de grabación continua, con lo cual se dificulta el registro de una película completa.

Por su parte, desde Google sugirieron a los cines que si prohíben los lentes, hagan lo mismo con los teléfonos móviles.

"Se recomienda a los cines preocupados por Glass tratar el uso del dispositivo como a los teléfonos móviles, ya que se tratan de dispositivos similares: pedir a sus portadores apagarlos antes de que empiece la película", dijo un vocero de Google a The Independent.

"En términos generales, también pensamos que lo mejor es tener una experiencia directa y de primera mano con Glass antes de crear políticas en torno a ella. El hecho de que Glass se lleva por encima de los ojos y la pantalla se ilumine cuando está activa la convierte en un dispositivo bastante pésimo para el registro de las cosas en secreto", agregó.