La pequeña nave tuvo su encuentro largamente esperado con el cometa "67P/Churyumov-Gerasimenko" poco después de las 9.00 GMT (6.00 hora argentina) y a unos 405 millones de kilómetros de la Tierra.

"Después de diez años, cinco meses y cuatro días de viaje, cinco vueltas alrededor del Sol y un recorrido de 6.400 millones de kilómetros, nos alegra poder anunciar que por fin `estamos aquí`", dijo Jean-Jacques Dordain, director general de la ESA, según reprodujo la agencia DPA.

La sonda -cuyo recorrido puede seguirse desde el sitio http://rosetta.esa.int/- comenzará ahora la búsqueda de un lugar para depositar el minilaboratorio "Philae", que en noviembre deberá aterrizar en el cometa.

Será la etapa más delicada de un proyecto que involucra a 17 países y casi 1.000 millones de euros (11.047 millones de pesos).

La misión es inédita por muchos motivos, en particular porque nunca una sonda espacial había funcionado con energía solar tan lejos del Sol. Además, es la primera vez que una sonda orbita un cometa y la primera vez que deposita en él un módulo de investigación.

Se cree que los cometas son los restos invariables más antiguos del gigantesco disco de polvo que dio origen al Sistema Solar hace 4.600 millones de años, porque son demasiado pequeños y fríos y con una gravedad demasiado baja como para verse transformados por procesos químicos o geológicos.

"Rosetta" comenzó su viaje el 2 de marzo de 2004, y durante 957 días viajó en modo de hibernación hasta ser reactivada el 20 de enero de este año.

De inmediato se probó con éxito su funcionamiento, pese a que sus instrumentos habían permanecido "dormidos" durante una década.