El dron, que se será enviado al espacio en las próximas misiones robóticas, permitirá que la investigación del rover multiplique la eficiencia del trabajo, donde suele encontrar dificultades en el terreno, a veces, imposible de sortear.

El dron volaría delante del rover a diario y alertaría de las sinuosidades del terreno. 

También serviría para que los ingenieros en tierra determinen una profundización en algún área que ponga en pantalla el avión no tripulado.

Se prevé que el dron pese 1 kilogramo y que mida 1,1 metros entre las palas, mientras que el cuerpo presentará la dimensión de una caja de pañuelos descartables.