Jolla es una compañía que fundó un grupo de exempleados de Nokia en 2012, después de que la compañía abandonó el desarrollo de MeeGo, una distribución de Linux orientada a celulares y que dio vida al Nokia N9. Hace un año y medio presentó Sailfish, la evolución de Meego, acompañando su primer smartphone (llamado Jolla, que salió a la venta en diciembre último) y con un concepto que, como contaron sus creadores a, se propone como una alternativa al dominio de Android y iOS en el mundo móvil.

A ese primer smartphone le sumó, hoy, una tableta: la presentó en Indiegogo, la plataforma de financiamiento colectivo, y alcanzó la meta inicial de dinero (380.000 dólares) en dos horas.

La tableta corre la segunda versión del sistema operativo Sailfish (de código abierto), que implementa una interacción basada en gestos (similar al BlackBerry 10) y que, como éste, permite correr aplicaciones de Android para suplir las limitaciones de su propia tienda de software; su foco, dice, está en la multitarea y en el poder ver lo que sucede en varias aplicaciones al mismo tiempo, y en la independencia: está hecha por la comunidad de usuarios para la comunidad de usuarios, sin -aseguran- invasiones a la privacidad.

De hecho, aceptarán sugerencias de la comunidad para cambiar el hardware del equipo o agregar funciones nuevas.

El equipo tiene una pantalla IPS de 7,85" y 2048 x 1536 pixeles; 2 GB de RAM, un procesador Intel Atom de cuatro núcleos a 1,8 GHz; 32 GB de almacenamiento interno y ranura microSD; Wi-Fi, GPS, Bluetooth 4, cámara frontal de 2 megapixeles y trasera de 5 megapixeles, una batería de 4300 mAh, 384 gramos de peso y 8,3 mm de grosor.

El precio inicial para los primeros que apoyaron la iniciativa era de 189 dólares, con lo que ofrece una opción más económica al iPad Mini 3, Nexus 9 y Nokia N1, las tres tabletas con las que la compañía elige comparar la suya. Después tendrá un precio mayor.

Las entregas de equipos (unas 2000 unidades) comenzarán en mayo próximo, siguiendo el esquema de su primer producto, el smartphone Jolla, con el que también implementó una campaña de financiamiento colectivo para darle vida, aunque le tomó más tiempo llegar al dinero base.