La directora del Instituto del Sueño SOMNOS, Mirta Ana Averbuch, advirtió por Continental sobre el crecimiento en los trastornos de sueño de adolescentes en los últimos años, y atribuyó gran parte del problema al intenso uso de aparatos electrónicos hasta altas horas de la noche, que potencia el "retraso de fase" que tiene su reloj biológico a la hora de dormir. 

En María O'Donnell Continental, alertó que un adolescente "Necesita entre nueve y diez horas de sueño nocturno. Tiene un retraso de fase, es decir que fisiológicamente se duerme más tarde. Mandar a un adolescente a dormir a las diez de la noche es algo que no puede hacer porque justamente su reloj biológico le dice que no puede hacerlo".

Por esa razón, explicó, "En muchos países desde hace años se está instrumentando que los chicos de secundario entre un poco más tarde al colegio, porque hasta el mediodía no se despierta ninguno. A eso hay que agregarle el uso de artefactos electrónicos. En estos últimos años hemos tenido una cantidad de consultas de problemas de sueños en adolescentes que no la he visto en los 25 o 30 años que llevo haciendo medicina del sueño. Esto provoca trastornos de aprendizaje, de memoria, de carácter, provoca irritabilidad y depresión", advirtió Averbuch.