“Quise sumarme a una demanda ciudadana de transparencia, dirigida al oficialismo”, resaltó el escritor y periodista Santiago Kovadloff, sobre las numerosas marchas que se realizaron en varias ciudades del país, en contra de las políticas del gobierno nacional en puntos clave como la inseguridad, la libertad o las restricciones cambiarias.

“No se le exige al gobierno que deje de manifestar sus ideas sino que deje de presumir que tiene el monopolio del pensamiento”, sintetizó.

“La ciudadanía reclama su lugar, no todo el lugar, sino su lugar. Se convirtió en interlocutora ineludible del gobierno que dice: ‘aquí estamos aunque no escuches o no seamos parte de tu discurso y de tus convicciones’”.

“Esta marcha no fue convocada por nadie, sino por un sentimiento compartido, por una ciudadanía que repudia un liderazgo absoluto y reclama uno que la represente y que no existe”, subrayó Kovadloff.

“La gente no fue a la plaza, como el oficialismo quiere hacer creer, para pedir por el cepo al dólar. La gente fue a pedir república para poder ejercer su protagonismo cívico, algo que el oficialismo le niega”

El escritor resaltó: “No se podía acceder a la Plaza de Mayo porque estaba vallada, de la misma forma que la oposición no puede acceder a ese grado de visibilidad que descansa sobre el derecho a la disidencia”

“No se trataba de negar el derecho constitucional del gobierno que tenemos sino de llamar la atención sobre los riesgos autoritarios y totalitarios que se ciernen sobre un gobierno que amenaza las instituciones de la república por su desprecio por la ley”

La Plaza, según Kovadloff, estaba “llena de jóvenes que no saben cuáles son los méritos de la república por su corta edad pero están lo suficientemente lúcidos para entender que sólo sobre los principios de los tres poderes se puede fundar una convivencia legítima”.

“Hay una oposición descalificada que se niega a la inmovilidad”, concluyó el ensayista y poeta.