Pekín reanudó hoy, 160 años después, su ritual imperial en honor al Sol, coincidiendo con las celebraciones que el país organiza por el equinoccio de primavera.

La ceremonia, celebrada en el Templo del Sol, en el distrito de Chaoyang, al noreste de la ciudad de Pekín, se inició con un desfile de actores que representaron a los ministros imperiales y al emperador.

El desfile, acompañado por un conjunto musical de instrumentos chinos antiguos, transcurrió desde la puerta oeste del parque hasta el altar central donde, al llegar, el actor que representaba al emperador se arrodilló e hizo reverencias a la tabla que ahí se erigió en honor al Dios Sol.

El acto incluyó además una ofrenda de objetos de jade y tejidos de seda que el emperador hizo como muestra de su respeto y gratitud hacia el Dios Sol, al tiempo que 64 bailarines danzaron tanto bailes civiles como militares en torno al altar.

A la ceremonia también asistieron cientos de espectadores que colaboraron con la representación presionando sus manos contra el pecho como muestra de sus rezos hacia el Dios Sol.

Sobre los espectadores, el director del centro, Xu Wei, comentó que espera que este forme parte de la ceremonia no sólo como público, sino como herederos de ésta que deben continuar con su cultura tradicional.

El sacrificio ritual para el Sol era una ceremonia de gran valor para la corte imperial China. Sin embargo, este gradualmente fue perdiendo su atractivo y desapareció finalmente en 1843, durante la dinastía Qing.

Hasta el momento, y como muestra de su iniciativa por recuperar sus tradiciones culturales, el gobierno municipal de Pekín ha restaurado cuatro ceremonias tradicionales: el ritual de sacrificio a los cielos, a la tierra, al sol y a la luna.

El Parque del Sol fue construido durante la dinastía Ming (1368-1644) en el año 1530 por órdenes del emperador Jiajing.