Los datos surgen de un estudio realizado por el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV).

De acuerdo con el informe, 547 personas de entre 0 a 15 años fallecieron a raíz de siniestros viales durante 2013.

En el informe se aclara que en el caso de los menores que conducían ciclomotores lo hacían sin licencia, al tiempo que también se menciona que a la cifra de fallecidos se agregan muchos más que resultaron afectados con lesiones severas.

Por otro lado, el estudio destaca que en relación al 2010, hubo una reducción en esta franja etarea del 45 por ciento.

Al respecto, se indica que son fundamentales dos herramientas para reducir aún más los valores de mortalidad infantil y de jóvenes por accidentes de tránsito.

En primer lugar, se nombra a la educación vial como formación en los valores de los niños y jóvenes.

Como segundo punto, se menciona al conocimiento por parte de los adultos de las limitaciones naturales del niño.

En ese sentido, se subraya que "el niño no es un adulto pequeño". El niño no puede ser "adaptado" al tránsito, sino que el tránsito debe adaptarse al niño.

Se hace hincapié en que es un grave error el que comenten muchos conductores, quienes suelen tener por costumbre "tocarles bocina" o "hacerles luces" a niños que se encuentran en la vía pública, creyendo que con ello su paso se encuentra asegurado.

Sobre este tema se enumeran una serie de limitaciones como altura, velocidad, coordinación, visión y audición. Con respecto a estas
limitaciones se detalla que la menor altura de los niños le dificulta tener un panorama amplio de lo que sucede y se sugiere arrodillarse para comprobarlo.

En cuanto a la velocidad, se destaca que si bien los niños son ágiles físicamente, las limitaciones psíquicas, los llevan a cometer errores en forma frecuente.

En referencia a la coordinación, los menores tienen grandes dificultadas para articular lo que perciben, con sus movimientos y en casos de peligro, tienden a quedarse inmóviles o ir en sentido equivocado a la situación.

También tienen un menor campo visual que un adulto, lo que los lleva a tener que girar la cabeza para tener un panorama completo  el tránsito.
La audición es otra limitación en los chicos hasta los siete años, ya que se les dificulta conocer con exactitud, de que dirección proviene el ruido de un vehículo acercándose.