“Se esperaba que fuera impresionante”, dijo Marta Dillon sobre el juicio que se lleva a cabo por la desaparición de Marita Verón.

La periodista sigue de cerca el proceso judicial desde San Miguel de Tucumán.

El caso. “Marita Verón tenía 23 años, en abril de 2002. Salió temprano una mañana y nunca volvió. Iba a colocarse un DIU en una clínica”, recordó.

La periodista destacó que “no era lógica” su desaparición porque la mujer tenía una hija de 3 años por entonces y venía de “una familia bastante conservadora, de provincia; tenían mucha comunicación entre ellos”.

“La búsqueda fue rápida, aunque la denuncia no se tomó enseguida en la comisaría por tratarse de una persona mayor de edad”, agregó.

“Con la pegatina de afiches con la cara de Marita, promovida por su familia, surgió el primer dato: una mujer dijo que la joven desaparecida había sido vendida a una red de trata en La Rioja”, destacó Dillon.

“Lo que este juicio intentará develar es por qué eligieron a Marita”, señaló.

“Hay muchos testimonios coincidentes que fueron mantenidos durante el tiempo”, enfatizó Dillon.

“Siempre hay esperanza de hallarla con vida, aunque parezca imposible”, subrayó la periodista.