Mientras los entes oficiales marplatenses hablan de una ocupación que ronda el 70 por ciento, los lugares neurálgicos de la ciudad cabecera por excelencia en la preferencia de los turistas que salen de vacaciones demuestran claramente que esa cifra no sólo es exagerada, sino que además no contempla la modalidad dominante entre los visitantes de este año: la de quedarse a pasar apenas un par de días en la ciudad, y cinco o siete días como máximo.

El presidente del Colegio de Martilleros de Mar del Plata, Miguel Angel Donzini, estimó que en realidad "en la ciudad hay un 50 por ciento de ocupación, lo que representa un 20 por ciento menos que en la misma franja del año pasado". Sin embargo, los sondeos que van de boca en boca de entre los habituales veraneantes de La Feliz, indican que esos números son un poco más generosos que lo que se palpa día a día y que por lo visto en los primeros diez días de la quincena, la merma es casi del 30 por ciento.

Entre los motivos que explican este panorama "no hay que poner como excusa la inestabilidad del clima", explica Augusto Digiovanni, gerente comercial del Parador B-12, emblemático balneario del complejo Punta Mogotes. "Por un lado -relata el empresario- existe desde hace un tiempo un abuso de parte de los comerciantes y propietarios que en un principio quisieron fijar precios muy elevados, con aumentos injustificados en relación a lo que fue la temporada anterior, en algunos casos, de 60 por ciento o más. Y la gente rechaza todas esas cosas".

Algo parecido ocurrió con los alquileres: durante los meses de octubre y diciembre, más precisamente después de conocerse el resultado de las elecciones, los propietarios solicitaron valores desmedidos por las viviendas. Eso redujo considerablemente el número de reservas y provocó que algunos decidieran esperar el momento del viaje para negociar el precio del alquiler y que muchos otros optaran por ir directamente a las playas de Brasil.