Isidoro Markus, ingeniero, es uno de los tantos inventores que existen en Argentina y desarrolló una nueva silla que se inclina sobre sí misma.

“Patenté en Estados Unidos una silla hace seis años, que es pequeña, no hay control de ninguna naturaleza, sin resortes y sin ejes y sale apenas un diez porciento más que una silla común”, afirmó el creador.

Además, agregó que “es una silla que la podemos realizar aquí en Argentina y la podemos exportar, pero estamos muy retrasados con respecto a maquinaria” y continuó: “La silla puede ser de madera, de hierro o de plástico y consta de una sola pieza. La plaqueta horizontal y la vertical se mueven juntas, como en una silla de escritorio”.

En cuanto a la Asociación Argentina de Inventores, organización en la que está inscripto, Markus remarcó que “hay gente que está trabajando en energía, arquitectos que están investigando sobre sistemas de construcción, hay en textil. Hay gente trabajando en rubros varios”.

Como recuerdo, el ingeniero se refirió a grandes inventores argentinos y dijo que “No hay que olvidarse del Doctor Favaloro, que realizó los primeros bypasses, Raúl Pateras hizo el primer helicóptero eficaz, Vucetich con las impresiones digitales”.

Y remarcó uno de los inventos en los que se está trabajando en la Asociación: “Hay varia gente que está trabajando en energía eólica. Los molinos de viento tienen las aspas verticales, y funcionan mejor si tienen la corriente de viento laminar, pero hay lugares en donde la corriente de aire es de baja intensidad y turbulenta, entonces las palas siendo horizontales con eje vertical funcionarían mejor”.

Para cerrar, Isidoro dejó una frase que invita a repensar: “El problema es que no hay una conciencia nacional de ayudar a los inventores”.