Tras el intento de secuestro y robo a la familia del conductor Baby Etchecopar, en el que murió un delincuente y otro fue herido en San Isidro, sale a la luz el rol que ocupan los guardias de las garitas de seguridad ubicadas en varias esquinas de ese barrio de la zona norte del conurbano.

“El tema corresponde a la provincia y no al municipio”, advirtió el concejal de San Isidro del bloque Peronismo por San Isidro y presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Seguridad, Carlos Bologna.

Los hombres de las garitas “no pueden estar armados, ellos no pueden intervenir, solo están capacitados para darle aviso a la policía”.

La actividad no está regulada y el carabinero cobra su salario, muchas veces, golpeando las puertas de los vecinos.

“Alguien que fallece no es una estadística, es una persona. Hay que tomar esto en serio”, advirtió.