La historia de Camus empezó el viernes, luego de que difundiera en Twitter algunas capturas de la cantante Coki Ramírez secándose con una toalla.

Coki lloró por televisión y el hacker no paró: brindó a sus seguidores otras imágenes íntimas –algunas actuales, otras no tanto– de varios famosos. Al final del día cerró su cuenta de Twitter y Facebook.

Los famosos espiados dicen que no denunciarán al hacker.

"La denuncia se tiene que hacer porque hay una ley que regula los delitos informáticos", sostuvo Daniel Monastersky, abogado especializado en robo de identidad.