Raúl Mazza encabezó la protesta de los Gendarmes desde el edificio Centinela pero fue puesto a disponibilidad hace un par de días, por decisión del gobierno, a modo de sanción.

En los estudios de Radio Continental, el uniformado denunció que hubo un “desalojo violento” del lugar, ocupado principalmente por “mujeres y niños, porque a los gendarmes en actividad no les permiten dejar sus puestos de trabajo”.

“Hubo un comandante mayor y un primer alférez: llegaron con un camión y gente de la misma fuerza y obligaron a las personas que se estaban manifestando que se fueran”, explicó.

El agente dijo, no obstante, que “muchos continúan en el mástil, manifestándose”.

“Los pases a disponibilidad son parte de la estrategia de presión psicológica que realizan, sin contar a la gente que tienen encerradas en los distintos destacamentos”, sostuvo Mazza.

Labores. “Nosotros somos una policía militarizada; no somos policías pero sí casi militares, porque tenemos la misma formación y nos rige el mismo reglamento”, contó.

“Estamos para lo interno, para lo que ocurre dentro del territorio, no así las Fuerzas Armadas. Lo propio de ellos es para cuando recibimos amenazas externas. Trabajamos en las fronteras, trata de personas, operativos antidroga y en todos los operativos que hay en Buenos Aires, se trajo mucha gente por la inseguridad de la Capital, en los últimos años”.

“El operativo Centinela” es uno de los más importantes que llevan a cabo en este momento. Se trata de cubrir los cuatro puntos cardinales del conurbano bonaerense.

Alojamientos. “Puede ser dentro de la fuerza misma: bases militares, carpas, containers o trinchetas”, remarcó. “Muchas veces juntamos días para ver a nuestra familia, cada dos meses”, dijo Mazza, quien explicó que esos viajes “no son pagos”.

Vínculo con la Policía Federal. “Hay más afinidad con la Prefectura”, dijo el gendarme.