A 10 días del trágico temporal que azotó a La Plata, algunas de las víctimas sufren problemas de sueño, ansiedad y depresión. Incluso hay casos de irritabilidad y ataques de pánico en los adultos, mientras que en los chicos aparecen problemas de conducta.

Los especialistas aseguran que los síntomas no pueden extenderse más allá de las próximas tres o cuatro semanas. Y dicen que si persisten, es imprescindible hacer una consulta con un profesional, para que no se convierta en una patología más grave, informó este sábado el diario Clarín.

Según la Organización Mundial de la Salud, por cada víctima de una situación de desastre natural hay entre 5 y 10 personas afectadas en su salud mental, que siguen padeciendo y desarrollando trastornos mucho más allá del día puntual de la catástrofe.

Silvia Bentolila, coordinadora de la Red Provincial de Salud Mental en Incidente Crítico, del ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, explica: "La mayoría de las personas han presentado la reacción normal frente a una situación absolutamente anormal, en la que sentimos que todo está fuera de nuestro control".

"En un primer momento vimos gente en estado de shock, aparentemente anestesiados, como si nada les hubiera pasado. Hay que prestar atención a ellos, porque están desconectadas de la emociones, de lo que les pasó y pueden tener consecuencias a futuro, representan un grupo de riesgo. Si persisten la falta de sueño, el miedo, las pesadillas, la irritabilidad, la ansiedad o la tristeza en las próximas 3 o 4 semanas, se recomienda hacer una consulta en un profesional especializado de manera urgente", dice Bentolila.

En cuanto a los síntomas, los más comunes son el temor, la depresión, la angustia y la desesperanza. De hecho, el último jueves, cuando en La Plata volvió a llover después de la gran tormenta, muchos habitantes damnificados vivieron nuevos momentos de angustia y miedo. En el caso de los niños, pueden aparecen involuciones, como por ejemplo que dejen de controlar sus esfínteres.

"Luego de una tragedia de estas características, las personas quedan shockeadas, desorientadas en tiempo y espacio. Por eso hay que comenzar a orientarlas progresivamente y sensibilizarlas de a poco", dice la licenciada Gabriela Martínez Castro, directora de CEETA (Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad).

"Es normal que una persona no quiera recordar nada, que no quiera hablar del tema. Esto es normal durante un mes, si acabado ese plazo la persona sigue mal, con pesadillas, con situaciones de horror, con sensación de indiferencia emocional, de anestesia afectiva, situaciones de ira, depresión y con un fenómeno muy común que es la reviviscencia, hay que abordar el problema con un tratamiento específico, con sesiones puntuales e incluso en algunos casos con dosis bajas de medicación", recomienda.

Después del temporal, el gobierno bonaerense dispuso reforzar la atención en los centros de salud mental. Psicólogos y especialistas tienen la difícil tarea de contener el shock emocional de los afectados. Además de los centros habituales de atención (hospitales y salas de salud), se montaron siete hospitales móviles en los barrios más afectados (Villa Elvira, Los Hornos, Tolosa, Ringuelet y San Carlos). Desde la tormenta, ya hubo atención para 2.800 personas.