El caso conmocionó a Mendoza: frente al acoso de sus compañeros y lo que la madre describió como “desprotección” y “desentendimiento” de los directivos, una niña de 10 años tuvo que cambiarse de colegio. La mamá decidió hacer pública la historia para concientizar sobre las consecuencias del “bullying”.

Hace dos años comenzó la pesadilla de la menor por el color de su piel. La apodaron “negra”, “burra”, “adoptada” y hasta “puta” (sic). Las más grandes de la escuela le pedían 2 pesos para dejarla ir al baño. Y la niña soportó en silencio su calvario, hasta que se lo contó a su mamá hace dos meses. “Llegó a decir que no quería ir la escuela porque se iba a matar”, relató

La familia decidió cambiarla de colegio por la falta de atención de los directivos. “Miraron para otro lado, se desentendieron de todo lo que pasaba”, denunció.

“Esa nena tiene un gran problema: su mamá es rubia y su papá de raza oscura, y ella es morochita. Y su madre se hace más problema que la niña”, fue la insólita respuesta de la directora de la primaria “Patricias Mendocinas”, María Luz Cerdá, ante una consulta de Diario Uno. “Viste cómo son las nenas, estamos hablando de alumnas de quinto grado que por ahí hacen chistes, se ponen apodos, por más que uno vaya tratando estos temas de que no hay que burlarse”, agregó.

La auxiliar directiva, Susana Zucchelli, comentó que “no tenía el perfil de una nena que se hubiera dejado hostigar, retraída y deprimida”. Y se animó a justificar el bullying: “Cuando decidió irse de la escuela hablé con el grado, que es complicado, les dije que una compañera se había ido porque se burlaban. Me dijeron que sí le decían cosas, pero que ella no se quedaba callada”.

Ante la consulta concreta sobre si se trató de un caso de bullying, la directora contestó: “No. En muchas instituciones se puede dar. Más en la secundaria que en la primaria. Desde que yo me acuerdo siempre fueron comunes los chistes por petisa, por flaca, porque tenías el pelo negro. Vuelvo a repetir: le decían cosas pero esta nena no se quedaba callada, era contestadora”.

El cambio de establecimiento, según Los Andes, ayudó a la pequeña. Su madre dijo que “modificó su conducta y volvió a tener buen desempeño en los exámenes”. Mientras sigue con la terapia, busca volver a disfrutar del colegio y de la vida.