El defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, reclamó por Continental “que la jubilación mínima de mil cuatrocientos pesos sea elevada a dos mil trescientos para equipararla con el salario mínimo vital y móvil”.

En Magdalena Tempranísimo, señaló que “la canasta básica de un pasivo ronda los tres mil pesos” y que, “aunque se apliquen aumentos dos veces al año, no alcanza para cubrir las necesidades de un adulto mayor”, subrayó.

Semino recordó que "hay cuatro millones doscientos mil jubilados, la gran mayoría, que cobran la mínima", y enfatizó que "nadie puede vivir con mil cuatrocientos pesos".