Los ascensores en Japón podrían contar con agua potable e inodoros portátiles para estar preparados en caso de que se produzca una parada de emergencia por un terremoto, según una propuesta que estudia el Ministerio de Transporte e Infraestructura del país asiático. La medida fue planteada durante una reunión celebrada hoy con motivo del sismo de 8,1 grados en la escala Richter que se produjo el sábado pasado en la isla y que detuvo unos 19.000 ascensores de Tokio y zonas cercanas.

Tras ese movimiento telúrico, en algunos casos se tardó alrededor de 70 minutos en rescatar a las personas atrapadas en los ascensores afectados. En la reunión también se planteó la creación de planes de emergencia para garantizar la evacuación rápida de los grandes edificios después de que residentes de los pisos superiores encontraran dificultades a la hora de salir.

En Tokio, por ejemplo, más de 100 personas se quedaron atrapadas en el museo Mori, que se sitúa en el piso 53 de la torre Roppongi Hill, y tuvieron que esperar más de dos horas hasta poder abandonar el lugar. El sismo del sábado, el mayor registrado en Japón desde el gran terremoto de 2011, tuvo su epicentro a 682 kilómetros de profundidad en las islas Ogasawara, dejó sin luz a 600 viviendas en la capital, interrumpió el servicio de trenes y subterráneo y dejó 10 personas heridas.

Japón se asienta sobre el llamado anillo de fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con frecuencia por lo que las infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los temblores.