Miguel Iñíguez es presidente de la Fundación Cetus y fue uno de los que colaboró con la Prefectura en el operativo para intentan sacar al animal de Puerto Madero.

“La intención era sacarlo, al menos, a Dársena Norte que era donde había ingresado”, precisó en Bravo.Continental.

“Lo que se hace es seguir protocolos internacionales, sabemos que estábamos ante un ejemplar joven de ballena jorobada. Lo primero es que se restrinja la navegación en el dique 4 y que el animal se sienta atraído por el motor de la embarcación para poder guiarla. Cuando observamos que la ballena no nos seguía, nos ubicamos en una punta de la dársena para que ella pudiera salir. Durante la madrugrada, con menos actividad de buques y la marea más baja, el animal pudo salir de la dársena. Todavía está cerca del puerto, se le hace un seguimiento de Prefectura y el Ministerio de Ambiente de la Nación”, relató.

Lo que ahora intentan es “dar aviso a los navegantes para que avisen si la ven en el mar y así poder hacer un seguimiento de su estado”, remarcó.

“Son aguas con cero visibilidad y por otro lado un ambiente dulce para un animal marino”, sostuvo Iñíguez.