Grupos de jóvenes y adolescentes se dieron cita hoy a la puerta de la clínica Alcla ante la conmoción por la muerte del músico Gustavo Cerati, que falleció esta mañana a los 55 años de un paro cardiorrespiratorio, luego de más de cuatro años de permanecer en estado de coma por un ACV sufrido en Caracas en mayo de 2010.

Chicos de entre 15 y 17 años, que confesaron no haber escuchado al líder de Soda Stereo en vivo pero haber heredado de sus padres el amor por su música, pegaban cartitas, muchas con la frase: "Gracias totales" en un mural sobre la calle Vuelta de Obligado, en el barrio de Núñez, frente a la clínica en la que permaneció internado desde noviembre de 2010.

También pegaban sobre el mural, que tiene dibujada su cara, fresias y rosas amarillas con muestras de tristeza.

Otra de las postales de la despedida de esta tarde en Núñez fueron automóviles que pasaron ante las puertas de la clínica en los que sonaban canciones de Soda -en sus equipos de música- y con sus conductores llorando.

Verónica, de 34 años y llegada desde Morón junto a sus dos hijos, un de 3 años en cochecito y otro de 5, dijo que llegó hasta allí porque "a Gustavo lo adoramos, con mi marido nos conocimos en el último recital del Soda del 97, en River".

Antes de las 15, el director de Alcla, Gustavo Barbalace, salió a las puertas de la clínica para precisar en una improvisada conferencia de prensa que Cerati "falleció entre las 9 y las 10 de la mañana de hoy, momentos en que estaba solo y a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio".

"Es una pérdida muy triste porque Gustavo tuvo una estadía muy larga en la clínica y estábamos muy encariñados con él", señaló el facultativo.

Barbalace señaló, también, que a lo largo de estos años la familia de Gustavo "ha sido un ejemplo de perseverancia y serenidad" y hablando específicamente sobre su madre, Lilian Clark -que acompañó al músico en forma permanente- señaló: "Ojalá haya muchas Lilian en el mundo, por su amor y perseverancia".