El coaching sexual nació en los encuentros gestálticos de la Escuela de Palo Alto, en California, Estados Unidos, en los años 60 y 70, como una solución efectiva para algunas dificultades sexuales en las parejas.
 
Desde hace aproximadamente 10 años comenzó a aplicarse en América latina y muy recientemente llegó a la Argentina. “Las que más se acercan son mujeres en busca de más claves de placer. Los hombres, en cambio, consultan más a un sexólogo por disfunciones sexuales”, explica Celia Laniado, psicóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana y líder de esta modalidad en la Argentina.

Las sesiones duran entre 45 minutos y una hora, tienen una frecuencia semanal o quincenal, según lo pactado entre los pacientes y el terapeuta, y en la actualidad existen dos modalidades: presencial (en consultorio) y on line. “La primera es sin dudas la mejor, pero no todas las personas tienen la posibilidad de tener un especialista idóneo en el lugar donde viven, y no todas pueden viajar. La modalidad virtual, a través de una videoconferencia, brinda casi el mismo beneficio”, sostiene Olga Marega, especialista en Sexología Clínica y Master en Sexualidad Humana.