Aunque un año normal dura 365 días, de hecho, la Tierra realiza una vuelta completa alrededor del Sol en unos 365,25 días, y en consecuencia, con el tiempo, el calendario empieza a perder la correspondencia con el Sol. Para evitarlo, el calendario gregoriano incluye años bisiestos. De modo similar, el segundo intercalar o adicional se introduce para reconciliar la longitud del día con la longitud del segundo.

El próximo 30 de junio, precisamente a las 23:59:59, los relojes del mundo añadirán un segundo al día. Este secundo adicional se debe a la ralentización de la rotación de la Tierra y se necesita para conseguir una sincronía con el tiempo atómico. El tiempo atómico utiliza vibraciones dentro de átomos para medir el tiempo y se considera el más fiable, puesto que los átomos resuenan en unas frecuencias extremadamente uniformes.

No obstante, de acuerdo con algunos especialistas, la adición de este segundo intercalar podría poner en peligro los sistemas de ordenadores que propulsan Internet. En primer lugar, no todos añadirán el segundo intercalar de la misma forma ni al mismo tiempo. En algunos sistemas, el reloj del ordenador puede mostrar 60 segundos en vez de pasar al siguiente minuto, o mostrar el segundo 59 dos veces. Como resultado, el ordenador puede percibir el segundo adicional como si el tiempo fuera hacia atrás, causando un error del sistema y la sobrecarga de la unidad central de proceso. No obstante, aún queda por ver si el cambio va a provocar problemas a gran escala.