Más de 250.000 armas de fuego fueron destruidas por el Registro Nacional de Armas (RENAR) en los últimos diez años, según informó el ministerio de Justicia. Con las 8.324 armas destruídas días atrás en una planta siderúrgica dela localidad bonaerense de Campana, ya suman 257.946 los dispositivos sacados de circulación en la última década, destacó por Continental Matías Molle, director del organismo. 

En La Mañana, ponderó que, sólo durante 2013, el Renar "destruyó 61.693 armas durante el 2013", en el que recibió el premio "Política del Futuro 2013", otorgado por las Naciones Unidas. "Forma parte de una clara vocación del Estado Nacional de destruir la mayor cantidad de armas posibles. El desarme es más que un programa de entrega voluntaria, es antes que nada, un concepto compuesto por políticas de control, de restricción y de destrucción", explicitó. 

El Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, vigente desde julio de 2007, consiste en la entrega voluntaria y anónima de armas a cambio de un incentivo económico que varía entre los 200 y 600 pesos. Este plan tiene como uno de sus objetivos lograr la reducción del circulante de armas en manos de civiles. En el momento dela entrega se toma el número de serie del arma, tipo y calibre con el fin de cotejar estos datos con el registro existente.

Las armas con procesos judiciales pendientes son separadas y quedan sujetas a los procesos administrativos correspondientes. Una vez entregadas, las armas son inmediatamente inutilizadas, para luego ser destruidas en un acto público. El material resultante de la destrucción se funde y se dona a una entidad de bien público, resumió Molle.