"Mi padre también se llamaba Francisco y era un santo trabajador de manos muy encallecidas de tanto trabajar para mantenernos", comenzaba la carta que a fines de marzo le envió Hebe de Bonafini al papa Francisco, donde además aclaró que no estaba al tanto de la labor pastoral que venía realizando por el bien de los pobres.

Ahora esa misiva recibió respuesta, bajo la firma de monseñor Antoine Camilleri, subsecretario para las relaciones con los Estados: "Cumplo gustoso con el encargo de hacerle llegar la gratitud del Santo Padre por su amable escrito, así como por los nobles sentimientos que lo han motivado".

En la carta enviada por Hebe, ella reconocía: "Sólo sabía que el máximo dirigente de la Iglesia argentina habitaba en la catedral; esa catedral que cuando marchábamos y pasábamos por delante, le cantábamos: 'Ustedes se callaron cuando se los llevaron'".

En la respuesta que hoy se conoció, se le explica a Bonafini que "el Santo Padre comparte su dolor y el de tantas madres y familias que han padecido y padecen la pérdida trágica de sus seres queridos".