La batalla que emprendió el pequeño Renzo Salvatore Antonelli junto a su familia por sobreponerse a sus problemas congénitos de salud, terminó de la peor manera. La noticia de su muerte, dos meses después de haber sido trasplantado del corazón, conmocionó ayer a la sociedad argentina, que seguía atenta la evolución del niño correntino que se recuperaba en el Hospital Garrahan de Buenos Aires.

A horas de despedir los restos de ese guerrero de dos años y once meses que debió soportar dos paros cardiacos luego de su intervención, Haroldo, el padre de Renzo, dejó un mensaje que da cuenta del dolor que causó su muerte, después de tanta espera y tanta lucha.

En el perfil de Facebook "Todos por Renzo Salvatore", que hasta hoy seguían más de 30 mil usuarios, escribió:

“Leoncito es mi momento de despedirme. Te fuiste cuando recién te vi llegar. Hace poco que estabas luchando. Tus ojitos parecían dos pequeños faros que alumbraban mi vida en ese momento. Tu carita resplandecía y tus manitas tan pequeñas me hacían sentir una gran ternura y mientras reflejabas una sonrisa tan hermosa en tu diminuto rostro que me llenaba del más grande y puro amor. Renzo así fui viéndote, tu salud era como una montaña rusa subía y nuevamente bajaba, no imaginas la alegría cuando supe que estabas mejorando del todo. Nunca pensé que terminaría así, cuando dos meses atrás estábamos todos felices por la llegada de tu corazón. Ya no veré una nueva sonrisa. Ya no te veré pequeño gigante. Te fuiste pero mirá cuantos amigos me dejaste, cuantos corazones despertaste. Ahora estas en un lugar más hermoso, al lado de quien te envió prestado a los brazos de tu mamá. Estas con otros angelitos que, como tú, vinieron a cumplir un propósito en esta vida, y sé que, desde allá arriba, velarás por los que te quisimos tanto y que siempre te recordaremos por que ahora eres un ángel más del cielo”.

Renzo será velado hoy en forma privada y su cuerpo será sepultado en el cementerio Parque del Recuerdo, en su provincia de Corrientes.

Jorge Ramos, abuelo del niño, pidió que lo dejen "partir" y agregó: "Ahora lo que hemos aprendido es que tenemos más chicos que necesitan una esperanza; pensemos que el trasplante mañana puede ser tarde; hoy es importante".

A Renzo Antonelli se le detectó poco antes de su nacimiento una miocardiopatía, por lo que su vida transcurrió entre el Instituto de Cardiología de Corrientes y el Hospital Garrahan, y en noviembre el niño tuvo un accidente cerebrovascular que le había inhabilitado temporalmente la vista y el oído y paralizado la mitad del cuerpo.

La enfermedad congénita le impedía el normal desarrollo del miocardio, por lo que el músculo cardíaco no tenía fuerza para bombear sangre y oxigenar el resto del cuerpo.

El niño estuvo desde octubre en la lista de espera del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) y el 2 de junio recibió el trasplante de corazón.